Las bebidas alcohólicas pueden producir somnolencia, pero el sueño que provocan es de mala calidad e implica riesgos para la salud e incluso la vida
Aunque es común pensar que el alcohol puede ayudar a conciliar el sueño debido a su efecto sedante, en realidad, su consumo antes de dormir resulta contraproducente para un descanso de calidad. El "sueño natural" sigue un ciclo específico que incluye etapas de sueño ligero, sueño profundo y sueño REM, todas cruciales para la recuperación física, la consolidación de la memoria y el procesamiento de las emociones. El sueño inducido por el alcohol, sin embargo, es menos restaurador y puede alterar u omitir la fase REM, lo que resulta en una experiencia de sueño fragmentada y no reparadora.
El alcohol actúa de manera similar a ciertos fármacos para dormir, facilitando el inicio del sueño pero deteriorando su calidad. Este tipo de sueño puede provocar varias interrupciones y una sensación de cansancio al despertar. Además, el alcohol afecta la regeneración del sistema circulatorio, manteniendo elevada la presión arterial y el ritmo cardiaco durante las primeras horas del sueño. También incrementa la necesidad de levantarse al baño y el riesgo de ronquidos y apnea del sueño, problemas que interrumpen aún más el ciclo del sueño. El uso habitual de alcohol como ayuda para dormir puede conducir rápidamente a la dependencia. En lugar de recurrir al alcohol, es preferible opciones como té sin cafeína, leche deslactosada y prácticas de higiene del sueño como mantener una hora fija para dormir y evitar dispositivos electrónicos antes de acostarse.
Información y detalles en: https://www.informador.mx/estilo/Que-pasa-si-bebo-alcohol-antes-de-dormir-20240723-0040.html
Edición La Voz Aggieland
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